Tenemos la idea, tenemos hecho el plan de negocio, hemos contactado con los proveedores, conocemos los gastos y hemos calculado los posibles beneficios de nuestro nuevo negocio, pero todavía falta algo fundamental: el capital para comenzar a moverlo. Quizás la parte más complicada de todo está en cómo financiar un proyecto que tenemos claro, pero para el que no hay dinero.
Mucha gente está pensando en montar un negocio para poder mantener a su familia, crear un puesto de trabajo donde antes no había ninguno y ser su propio jefe. Es una excelente opción para tirar adelante y aunque son tiempos duros, puede funcionar.
Pero la parte más complicada es averiguar cómo financiar un proyecto que ya tenemos casi totalmente construído en nuestra cabeza. Sabemos todo lo que hay que saber sobre el mísmo, y sobre el papel está muy claro.
Pero falta el capital inicial, esa aportación que nos permitirá darle el empujón necesario para comenzar la actividad. ¿De dónde vamos a sacar el dinero para poner en marcha el proyecto?
Lo normal es que sea uno mismo el que aporte ese dinero, ya no con sus propios bienes, pero sí consiguiendo el capital necesario, bien a través de créditos o vendiendo algun bien para sacar ese dinero.
Los bancos no siempre nos facilitan de manera rápida pero pueden ser receptivos si se acude a ellos con un plan de negocio detallado y con las vistas puestas en beneficios realistas.
No es aconsejable decir que se va a ganar mucho dinero, sino que se trabajará duro y se orientará el negocio hacia la consecución de unos ingresos regulares.
Las puertas pueden estar medio cerradas, pero los bancos no dejan de ser mercados de dinero donde se buscan nuevas inversiones, así que no es imposible poder conseguir créditos, eso sí, con muchas pegas y garantías.
además de los engorrosos trámites para conseguirlas, hay que aceptar determinadas condiciones para que las concedan. Normalmente, se trata de presentar facturas ya pagadas, y además, estar dado de alta como empresa durante mucho tiempo.